En los jardines de mi ser
inocente divierto mi mente
con juegos y versos.
De pronto un sonido
algo perturbador,
saltos que cada vez se hacen
más cercanos.
Te acercas y grito,
clamo y lloro.
Ay, mami!
y no te veo...
Ven a mí, rescátame.
Me sujetas, me cantas
aquella canción de cuna
que calma mi ser
y dices:
Adios, sapito.
Génesis Herrera
3ro de Bachillerato
No hay comentarios:
Publicar un comentario